7 de agosto de 2013

Shadows, again

Como oí en una película hace tiempo, todos compartimos el mismo destino, la muerte, algo macabro pero tristemente cierto.


La visión de la muerte ha cambiado durante nuestra existencia, desde los paleolíticos que a duras penas tendrían conocimiento de causa del porqué sus semejantes dejaban de respirar, pasando por el pensamiento filosófico griego, la creencia en la vida después de la muerte de los grandes egipcios, hasta el día de hoy. Has estudiado todos y cada uno de ellos, te han ofrecido en bandeja de plata sus teorías kantianas, epicúreas... Sin embargo, nadie te ha enseñado como enfrentarse a la muerte real.

Tantas clases lógicas al fin y al acabo, solo sirven de ayuda para que divagues en tu mente sobria, lo que divagarias estando hasta los huesos de marihuana o éxtasis. A ninguno de nosotros nos han enseñado cómo plantarle cara a nuestro destino en común, cuando viene a quitarte antes de tiempo aquellos que más falta te hacen. Me hubiese hecho más bien una clase psicológica, que cualquier matemática. No nos preparan para el mundo de hoy, que gira tan deprisa que hasta no tienes tiempo de atragantarte y ya te viene el cuarto bocado.
- Chicos, un día de estos, alguien de vuestro entorno morirá, es inevitable, pero superable. Hablemos de ello.
Pero es utópico. Nadie te daría una clase así, la muerte, el sexo, las drogas, los sobornos, la mentira... son temas tabú que todos esquivan "diplomaticamente" dándonos gilipolleces en formas de suficientes y sobresalientes.
A veces me preguntan si estoy loca o tengo una vida de mierda por hablar y escribir tanto acerca de la muerte. Nada de eso. La simple razón es porque nadie habla de ello. Lo pintan tan bonito, amor, felicidad, amistad, ropa, comida, que a veces nos olvidamos de la fugacidad de todo esto. Bill Gates dijo, "dejemos de vivir como si fuésemos a vivir 500 años". La ambigüedad de la frase se puede tornar en cualquier dirección que desees,medio ambiente, vida, muerte, pero el mensaje es el mismo.
Que tire la primera piedra aquel que jamás se haya acojonado con la idea de no volver a existir jamás. Leyendo por blogs he visto a gente que realmente esta idea les aterra y no pueden casi vivir con normalidad. Y si hubiesen tenido a alguien que simplemente les explicase que, cuando te mueras, ya no serás consciente de la muerte, del vacío, porque no sentirás nada, y atormentarse con la idea no lleva a ningún lado, probablemente, esto no pasaría.
Solo una cosa es importante, lidiar con el momento inevitable mientras construyes tu tragicomedia de 90 años, en los mejores casos.

2 comentarios:

Claudia Tubilla dijo...

La verdad es que la gente la omite por miedo.
Pero realmente hay miedo por que nadie sabe si nos acordaremos de nuestras antiguas vidas o no..

Vlada Yegórova dijo...

cierto...y miedo a perder todo lo que has contruido..