La resignación es la mejor medicina, te la tragas con el orgullo que te queda después de tantas decepciones y oportunidades. Aquí es cuestión de abrir los ojos y ver lo que eres, lo que tenias, lo que te hacía parecer que te merecías y lo que realmente te mereces.
Cada uno lo asume a su manera, porque hay siete millones de maneras de asumirlo, de vivir con ello. Hay siete millones de maneras de hacer que duela. Lo peor de todo es que no es un dolor físico y no hay manera de lidiar con el. El tiempo pasa y el tiempo lo olvida, lo cura, reestablece las partes dañadas con otras personas que entran a formar parte de tu vida.
Si, hiciste mella, pero no la suficiente como para que me lo tome tan a pecho. Tranquilo, simplemente es la nocturnidad que nos vuele a todas melancólicas. Es solo un grito del alma en mitad de la noche, por la mañana habrá sanado y ni me acordare de tu nombre... cabe decir que lo voy olvidando. No, al fin y al acabo no hiciste la mella suficiente,perdona, no quisiste, que es diferente. Claro que las palabras hieren como puñales, pero es lo único que tenemos para hacernos daño, y para eso sabemos que tenemos la tirita del olvido y la indiferencia, y los rasguños desaparecen en segundos. No me importa, porque cada vez duele menos, y me río más, por ser tonta e ingenua. Una pequeña niña a la que embaucan con palabras bonitas y se cree el mundo si le dice que suyo es.

2 comentarios:
Vlada! Si este texto lo has escrito tu. Estoy impresionada.
Me has dejado KO. Porque estoy totalmente identificada, me has emocioanado.
De verdad que, enhorabuena
Pues si Clauu, todo este blog lo escribo yo, de verdad que muchas gracias por leerlo y me alegro que te haya gustado!!! )))))
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