Veo la música salir de madrugada y los jóvenes beberse la vitalidad.
Las noches se hacen interminables, nos quedamos admirando las puestas y salidas de sol. Somos la fuerza, la luz, las ganas, la ambición, el deseo.
Nuestro haz aun está naciendo, vemos de lejos venir los surcos. Vemos de lejos aquellos años que están cercanos al fin. Lejos.
Sentimos la juventud infinita.
Pero¿que pasaría si te la quitan? Imagina que tu día está fichado, sentenciado, irrevocable. La idea de la pena de muerte, es estremecedora. Saber el día , la hora lugar exactos donde tú, dejarás de ser tú.
No será verdad, pero si lo piensas por un segundo, creeme, entenderás muchas cosas. Planteate hacer una última llamada, la última de tu vida. La última cena, las ultimas palabras, ver por última vez las caras de tus familiares. Es inquietante, pero a la vez muy revelador y necesario, sobre todo cuando no sabes qué hacer, ni cómo seguir y estas desconcertado y le ves inutilidad a todo. Aprovecha este sentimiento para sacarle todo el jugo a la juventud que tienes ahora, mientras que nadie pueda arrebatartela.
Esta juventud, de acciones indelebles, creativas. De vivencias utópicas. No sabíamos lo que teníamos hasta que se esfumó, como un parpadeo. Diremos.
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